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martes, 22 de marzo de 2016

LOS CUENTOS MÁGICOS DE ANA (1)


                       

                     - ANA Y EL CAMPO DE HUESOS -







Ana no puede despertar, mueve un brazo tratando de llegar al velador pero todo lo que encuentra es tierra y pasto, a pesar del miedo paralizante entreabre los ojos y ve el cielo estrellado allá arriba, los cierra con fuerza pensando que al abrirlos de nuevo estará despierta pero se equivoca, sin embargo algo sí cambió, ya no es de noche y no se ven las estrellas, el sol está asomando a su derecha mostrandole los dorados ojos de alguien que la mira; "hola -dice Ana- ¿también te perdiste?" Nadie le contesta y Ana, molesta, poniendo un dedo en la nariz de esa...chica rubia, dice:
"vos sí que sos la reina de la simpatía eh..."
"Y ahí me di cuenta que era una calavera abu, el sol entraba al cráneo y me encandilaba, y las mechas que le quedaban parecían pelo rubio, bueno, no te burles, me llevo este yogurt, chau!"
La abuela Josefa, que había criado a Ana luego del suicidio de su hija y madre de Ana, mira la mesa del comedorcito con el desayuno recién preparado y suspirando empieza a guardar todo.
En la Facultad de Arquitectura Ana va derecho a la biblioteca segura de que el profe está escondido ahí pero él ya había visto el citröen y se escabulle a tiempo, toma su portafolios, unas carpetas y se va en taxi para la casa de Ana, ahí es imposible que ella lo encuentre, y no tiene ninguna gana de tenerla parloteando y saltando a su alrededor antes de poder estudiar...ese asunto.
Josefa lo recibe con la misma expresión de agrado y se sientan a "charlar" en la cocina. Alvaro habla y ella le contesta en un monitor: "anoche tuvo otro de esos sueños, se cayó de la cama y todo pero ella se lo toma en broma".
"¿Se da cuenta que está viviendo eso?" -pregunta Alvaro.
"No -dice Jóse- y tenía tierra en el cabello".
"Bueno -dice Alvaro- entonces es este trabajo (toma una de las carpetas), se lo iba a dar más adelante pero si es lo que soñó".
"¿Es peligroso?" -pregunta Jóse.
"Y -dice Alvaro- yo no lo elegiría para un primer trabajo, pero..."
Josefa queda pensativa, Alvaro le pone una mano sobre el hombro para tranquilizarla, diciendo: "mirá, Jóse, toda esta incertidumbre, lo sorpresivo de la situación y la angustia que nos provoca, tendrá explicación en algún momento, Ana misma lo dijo, fue en el segundo sueño ¿recordás? había un francés que le "contaba un cuento", que es, más o menos, lo que nos viene ocurriendo desde hace un tiempo, solo que con el orden cronológico alterado, creo que para que ella lo vaya sabiendo a medida que su mente lo pueda procesar; un día se despertará y habrá ordenado todo".
"¿Qué hago con esta carpeta?" -pregunta Jóse.
"Decile que es el trabajo que le prometí, que nos debemos haber cruzado en el camino".
"¿Y las otras carpetas?"
"Son otros trabajos Jóse, pero por alguna razón parece que éste va primero".
"Alvaro, gracias".
"Descansa, Jóse"
Cuando Ana llega la abuela está despierta, inmóvil, sentada en su sillón de la salita primorosa, al lado de ella, sobre una mesita redonda cubierta con una carpetita bordada en punto cruz, hay una tacita de te de menta, mezclando su perfume con los aromas que entran por la ventana, el jazmín de la reja con sus pequeñas florcitas blancas, gana la batalla de los atardeceres inundando hasta el último rincón.
"Ay abu, estoy muerta de hambre y no veía las horas de llegar".
Ana se tira en el sofá que tiene una manta tejida al crochet, con la que se tapa las piernas y devora lo que la abuela trajo en una bandeja.
"tu profesor te trajo una carpeta, pensó que te encontraría acá".
Ana abre los ojos grandes.
"Ay no, seguro nos cruzamos ¿dónde está?"
Josefa se la trae, Ana la abre y empieza a leer las notas del profe y a mirar los planos.
"Guau, es un trabajo grande abu ¿dejó dicho algo el profe?"
"No, bueno, lo de siempre, saludos, que manejes con cuidado, ya sabés como es Alvarito".
Rato después Ana está dormitando en el sofá, Josefa, que se había quedado dormida, se despierta y dando un golpecito en los pies de Ana se va arriba.
La casita es pequeña pero hermosa, es un agradable y acogedor chalecito de dos plantas, hecho en ladrillo rojo con techo gris y rejas negras en todas las ventanas de abajo, tiene un jardín adelante que se extiende por todo un costado, y del otro, atravesando la cochera se llega a la cocina; en el piso superior hay tres dormitorios medianos y dos baños, y en la planta baja, entrando por el frente está la salita, un comedorcito, la cocina y un escritorio que nadie usa.
A Ana le encanta estar ahí, adora a su abuela y esa casa, que llama "remanso de paz", porque según ella, "una vez adentro ya no se escucha el ruido del tráfico, es como si se apagara la ciudad".
Pero ni aún así Ana lograba ver lo extraño que eran los sucesos de las últimas semanas.
El trabajo de la carpeta es como a una hora, tiene que salir temprano y llenar el tanque, así que deja todo pronto sobre una butaquita, da cuerda al reloj y se duerme enseguida.
Cerca de la madrugada se ve de nuevo soñando con ese campo pero esta vez está de pie, "siente", literalmente, la tierra húmeda de rocío. Se levanta un calor sofocante que deforma todo y Ana ya no ve la línea del horizonte; de pronto el suelo empieza a temblar y Ana pierde el equilibrio cayendo sentada, comprende que debe irse pero no se puede parar. Unos minutos más y el temblor cesa tan sorpresivamente como empezó, entonces Ana ve como unos montículos se forman en todo lo que alcanza la vista y se da cuenta de que son tumbas solo cubiertas con tierra. Luego el aire sopla más rápido sobre ellas sin tocar a Ana, la tierra de las tumbas es llevada en el aire y pronto los esqueletos quedan a la vista, se incorporan, se sacuden la tierra, miran a Ana y se alejan a medida que sus huesos se cubren de carne y sangre; recién cuando aparece la ropa Ana de da cuenta de que son indios.
Josefa le escribe a Alvaro a la mañana siguiente: "se fue a ese lugar de la carpeta Alvarito, soñó de nuevo, fue peor y más largo pero no me dijo nada".
"El sitio del sueño es ese, Jóse, ya lo va a reconocer y en algún momento nos va a contar".
Ana, con el citröen parado ante esa reja enorme, abre la carpeta y mira la foto de la entrada: "sí, es aquí".
El portón está asegurado con varias vueltas de cadena y 
alambre, sin candado. Ana apoya una mano en el hermoso hierro forjado, decorado como si fuera una hilera de árboles, y da un salto porque la cadena y los alambres se desenroscan y el portón se abre para dejarla pasar.
Con el corazón en la boca enfila y entra rápido mirando a los lados, el portón se le hace siniestro al cerrarse detrás de ella, por el espejito alcanza a ver como la cadena y los alambres se vuelven a enroscar.
Frena frente a la casona y respira entre sollozos. 
"¡Por favor! -dice- no tengo paz ni de noche ni de día!"
La enorme casa la recibe igual, ella quiere ir de una habitación a otra y las puertas se abren solas, al punto que lo toma con filosofía y hace ademanes graciosos, como pases mágicos; "ya es una joda ésto".
Recorre todo tomando notas y fotos con su polaroid, que prende en la hoja correspondiente, 2 horas después ya terminó y se halla mirando, desde arriba, el extenso terreno yermo que está en el límite mismo del bosque detrás de la propiedad.
Con una extraña sensación baja y se dirige hacia allá, sus instintos le dicen que se detenga pero ella continúa, subyugada por el aire que se levantó y se está calentando. Ana reconoce el terreno pero todavía no lo relaciona con el sueño recurrente, sin embargo, no tardará mucho en encontrar la conección entre ámbos y su papel en esta historia. Mira hacia el bosque, los árboles están inmóviles y hay como una calma chicha en el aire; la brisa, que mueve la hierba, no mueve ninguna hoja de ningún árbol.
"Y como no era suficientemente raro, ahora ésto" -murmura.
Lentamente se dirige hacia el bosque, los árboles están tan cerca que no puede pasar, para donde Ana mira pareciera que se agrandan y cubren con sus ramas los espacios libres. 
De pronto, hacia la punta donde hay una zona más clara de árboles nuevos, el aire empieza a mover uno de ellos que se inclina hacia el interior del bosque como si un viento fuerte lo obligara.
Ana va despacio; para atrás, para la casa, no hay ni un alma y la casa misma se ve más oscura, más alta.
"Así que esa es la entrada -piensa- bien, pues entraré a ver".
Ana se queda un instante parada junto al arbolito que poco a poco se detiene hasta dejar por completo de moverse, y con la decisión pintada en su rostro, da el primer paso hacia el interior del bosque; entonces sí, Ana abre la boca de asombro: se encuentra,
 literalmente, en una aldea india, en alguna época pasada, y en ese momento se lleva a cabo un funeral. 
Ana avanza despacio aunque se dio cuenta enseguida de que no la perciben con ningún sentido, y trata de pasar entre los indios para llegar al centro de la aldea, mientras los mira a los ojos para comprobar que no la ven, hasta tocó a una niña que no notó nada.
En eso un grupo de indias empieza a bailar muy despacio moviendo las caderas a los lados, sin despegar los pies del suelo, algo separados, en una cadencia suave muy hermosa, entonando una melodía con los labios cerrados, muy dulce y triste.
A medida que aumenta el volumen del canto los hombres se van retirando y al rato solo quedan las mujeres, que llevan el cuerpo al interior de una choza más grande y apartada donde empiezan a mezclar hierbas de olor delicioso, mientras otras lavan el cuerpo con aceite.
Horas después de que el ritual terminara, Ana pasa entre las mujeres de la puerta, las mujeres están sentadas en el piso o paradas, todas en silencio, pero ninguna tiene aspecto ni expresión de dolor por la pérdida.
Ana todavía no ha podido ver el cuerpo y no sabe si es hombre o mujer. 
En un arranque de valor se adelanta y con temblor en la mano quita el lienzo de la cara que es....su propia cara.
"Ay Dios" -dice Ana en voz alta.
Entonces las mujeres sí parecen percibirla y la muerta abre sus ojos dorados.
"Y cuando me desperté estaba al lado de la chatarra, profe -dice Ana- ahora me doy cuenta de que la calavera de la chica rubia era yo, pero ¿qué significan esos sueños?, ¿cuál es el mensaje?, ¿Quién me lo manda y por qué?"
"No creo que sean sueños premonitorios, Anita, si eso es lo que estás pensando, son más bien del pasado me parece, de un pasado muy, muy lejano; sobre ese lugar hay una leyenda, si querés..."
"¡¿Qué?! -dice Ana- ¿¡Hay una leyenda y recién me lo dice?!
¡¿Y me mandó allá sola ?! ¡Que lo tiró profe!"
"Bueno, si no te interesa...."
"¡Alto ahí! -dice Ana- empiece a hablar..."
El profe se acomoda en el sillón de la sala que queda libre, y dice:
"Cuenta la leyenda que hace miles y miles de años, en una época muy lejana..."
"Está "redundando", profe, si es lejana..."
"¡Bien, me voy!" -dice el profe parándose, pero Ana de un salto le corta la salida: "¡No se atreva, que ayer vi mis propios huesos!"
La abuela se había parado y le mostraba a Ana la pantalla de su compu con un gran ¡Shhhh! y luego le hace señas a Alvaro de que continúe.
"Ejem, cuenta la leyenda que hace... ah... mucho tiempo, antes de que existan los hombres, había, además de animales y plantas, otros seres que poblaban la Tierra; éstos eran duendes, elfos, hadas y ángeles, que convivían en total armonía, ocupando cada familia su lugar sobre los árboles o dentro de ellos; en cavernas a las que se entraba por debajo del agua; en cabañas cavadas en la roca o en lugares secretos más arriba de las nubes.
Pero había un ser indefinido, sin forma y sin nombre que apareció un día y nadie sabía qué era o por qué estaba ahí.
Esa mañana el bosque se había despertado como siempre al despuntar el alba, las flores se abrían al tocarlas el sol tibio aún y los habitantes comenzaron a bañarse en donde se juntaba el rocío.
De pronto descubrieron, junto al tronco de un nogal, algo que se movía y estaba como enterrado; los que estaban cerca se acercaron más y al rato por todo el bosque se oía el sonido de cientos de voces murmurando el hallazgo.
Consultadas las hadas y los duendes dijeron que no sabían nada; luego llegaron los elfos y aseguraron no haber sido avisados de ésto, y pensaron que tal vez se había caído algo de las nubes; llamaron a los ángeles quienes quedaron tan asombrados como todos los demás, mirando esa forma....informe que parecía respirar.
Se organizaron guardias para vigilar su evolución y algunos días después solo se veían seres esperando hasta donde alcanzaba la vista.
"Eso" seguía creciendo y respirando, y hasta les pareció que oían latir un corazón.
Semanas transcurrieron y la extraña cosa estaba del doble de su tamaño, se podía ver perfectamente una cabeza, una espalda y un rabo.
Los ángeles dijeron que ellos no se formaban así y no tardaban tanto en aparecer las alas.
Los elfos negaron tener algún parentezco con la cosa y decidieron esperar a ver si le crecían las orejas.
Las hadas la miraban tanto que daba nervio a los demás, porque ya tendría que tener el dibujo de las 4 alitas transparentes, y no.
Y los duendes, bueno, la cosa ya era más grande que ellos así que a nadie se le ocurriría pensar que era un duendecillo.
Así pasó el verano y llegó el otoño con sus ocres y desnudeces, y la forma seguía creciendo en ese nido semi enterrado que parecía un huevo. Se cubrió de hojas que se levantaban con cada respiración.
Al llegar los fríos del invierno, con el viento que barría todo, el nido ovalado quedó desprotegido y a veces parecía temblar, los animales se habían ido a sus casas y solo quedaron los que tenían piel o lana para abrigar a la cosa.
Un día ella se dió vuelta y todos contuvieron el aliento, y claro, la noticia los trajo a todos de vuelta que ya no se irían hasta que supieran qué era. Eso ocurrió el primer día de primavera. La forma se empezó a estirar, a gemir, a desperezar y finalmente abrió unos hermosos ojos dorados.
"Ohhh..." -exclamaron todos.
Ella se sentó y los miró a todos, imitanto sus movimientos y sonidos
y tratando de hablar, tenía una risita que era como un canto saliendo del agua.
Quiso incorporarse y no pudo, un hada trató de ayudarla e inmediatamente se transformó en hada, la sorpresa hizo que el hada la soltara por lo que acudió en su auxilio un ángel y pasó lo mismo; y así sucesivamente hasta que se cansaron de hacerlo y se convencieron de que ella era mágica.
Los habitantes del bosque adoptaron a esa presencia tan graciosa y jugaban con ella todo el día, la cuidaban y vigilaban como a un tesoro.
Pronto se dieron cuenta de sus poderes curativos y acudían a ella cuando les pasaba algo grave, pues solo le bastaba tocarlos para sanar sus heridas, aunque ella no se daba cuenta.
Cuando llegó el verano a ella casi no le quedaban restos de esa dura piel casi vegetal con la que nació y también le creció un cabello brillante y dorado, el cuerpo se le estilizó, sus brazos y piernas se alargaron convirtiéndola en lo mas bello de toda la creación.
Algunos la llamaron Primavera, otros Esperanza, pero como ella se conmovía tanto con el dolor de los otros pronto la bautizaron Empatía."
Ana y la abuela tenían los ojos llenos de lágrimas, el profe dice:
"La familia dueña del bosque, de ese bosque, te espera mañana con el resto de la historia, yo ya dije todo lo que logré averiguar; pero sí sé que hay una promesa incumplida y una maldición sobre esa propiedad". 
"¿Cree que me dirán la verdad, profe?"
"Desde el momento en que fueron a hablar con el Decano tomando toda clase de precauciones como si se tratara de un secreto de estado, y sabiendo como sé, que los legajos de ese cuarto secreto son..."especiales", creo, no, estoy seguro, de que esas personas buscan ayuda; aquí está la dirección, viven en el último piso de ese edificio que no te gusta. Ana, a las 5 en punto".

A las menos 10 minutos Ana se encontraba hablando con el 
portero, quien le señaló uno de los ascensores que la llevaría sin escalas hasta arriba, se habría con llave y solo tenía un
botón. Ni bien se abrieron las puertas, Ana vio a un jóven de traje
deportivo y suelto, cabello castaño claro y ojos cafés, alto y delgado, muy sonriente, que le extendió una mano y la llevó a un estudio espacioso, donde un hombre de 60 y pico miraba por un gran ventanal.
El jóven se presentó como Enzo Anders, " trabajo  con los Ferguson desde hace 5 años -dice- desde que terminé 
mis estudios de Contador Nacional, me encanta el trabajo y he viajado por todo el mundo con ellos, y cuando decidieron instalarse definitivamente en Argentina en la vieja propiedad, pues, acepté el puesto de administrador, y una vez que estén instalados buscaré una casa pequeña para mis libros y yo. Tome asiento, Srta. Gold, el Sr. la atenderá en cuanto llegue su esposa".
"Bla, bla, bla -pensó Ana- me contó toda su vida".
El Sr. Antony Ferguson, y su esposa Grace la saludaron muy amablemente y la invitaron a un exquisito te con masas; el semblante de él preocupado, el de ella algo pálido y los dos estaban nerviosos. Cuando ya todos se habían servido y no había razón para demorar más, Mr. Ferguson carraspea y dice:
"Ud. será la última persona con la que hablaremos de ésto, ya sea que nos crea o no, Srta. Gold, nuestra paciencia se está agotando igual que nuestra capacidad de tolerar burlas o indiferencia.
Bien, en nuestra familia hay una leyenda sobre una maldición que existe desde tiempos inmemoriales y siempre afecta a los varones nacidos primeros; muchas personas heredan títulos de nobleza, fortunas o talentos, nosotros heredamos una...tragedia.
Se dice que en ese bosque vivieron toda clase de seres mágicos y que los animales hablaban, y todo ésto antes de la existencia del hombre. Ocuparon ese lugar que era sagrado y estaba protegido por la Naturaleza misma, que lo mantendría oculto de los seres
que más tarde aparecerían; el resto del planeta estaba reservado para ellos.
Milenios transcurrieron sin que hubiera problemas, pero los continentes se separaron y ellos, que fueron llamados Humanos, se hicieron cada vez más diferentes y desarrollaron personalidades 
individuales, crearon lenguajes muy distintos, pero todos tenían algo en común: la avaricia. 
Empezaron con pequeñas rapiñas y reyertas menores y pronto se hizo patente la necesidad de un líder, lo cual trajo el ansia de poder a sus vidas antes tan simples. Luego llegó la codicia y un mal día ocurrió la primera muerte violenta.
Centurias más centurias menos, en todos los continentes pasó lo mismo, entonces la Naturaleza vio que faltaba algo, un sentimiento de bondad, como el de los animales y demás habitantes del bosque.
Observó a éstos y no encontró ni uno que pudiera convivir con los humanos como igual. Entonces se dio cuenta de que podía crear un ser de puro amor y así lo hizo, en el bosque mágico, entre las raíces de un nogal, plantó la semilla de la Empatía".
"¿Se siente bien, Srta. Gold?" -pregunta Grace Ferguson.
"Sí, mm, estoy bien -dice Ana que tiene lágrimas en los ojos- es que la historia es tan bella y triste que... lo siento, por favor, continúe".
"No hay mucho más -dice Antony Ferguson- la leyenda cuenta que el bosque sigue en esa época y no se puede entrar, nadie que lo haya hecho ha salido jamás; Srta. Gold, hemos recorrido el mundo buscando, no ya una solución, sino tan solo una respuesta, y hemos llegado aquí, precisamente al país donde está la propiedad, porque alguien nos dijo que su Decano conoce a la persona capaz de averiguar qué sucede; él nos conectó con un profesor...Alvear que nos mandó a Ud., ¿es correcto?"
"Sí, Sr. -dice Ana- ya estuve allá, me refiero a la casa por la que le presentaré el presupuesto durante la semana. En cuanto al bosque...fui hasta él: terreno yermo alrededor, el aire se calienta y luego un viento fuerte igual que en mis sueños; entré y luego aparecí afuera sin saber cómo, tal vez las personas que entraron también aparecieron en alguna parte, ¿no? No se preocupen, descubriré lo que pasa".
Ana se despidió y salió, tanto los Ferguson como Anders estaban atónitos con su comentario, "¿Ud. entró?" -le preguntó el Contador junto a la chatarra, pero Ana no le contestó, ella estaba preocupada por otra cosa que no le dijeron: la promesa incumplida.
Enzo, el Contador, entra y dice a su jefe: "¿sabe? cuando le dio el sol al darse vuelta, de pronto, ella se volvió toda dorada. Impresionante...
Sin sospechar el estado de inquietud en que dejó a los Ferguson y Anders, Ana maneja de regreso tratando de pensar en algo que verdaderamente, es muy preocupante: ni el profe ni los dueños del bosque mencionaron la maldición, así que tendría que averiguarlo por otro lado, y ya que los archivos de la Facultad estaban en poder del profe, pues, no le quedaba más remedio que recurrir al Decano, hombre rígido con las reglas y a quien no le gustaban los estudiantes, y una jóven arquitecta recién recibida no hacía gran diferencia con ellos.
Llena de aprensiones se detuvo frente a la casa del viejo profesor y justo cuando va a tocar el timbre, sin "apoyarse", se abre la puerta y aparece el Decano, diciendo: "pasá, Gold, te esperaba antes".
"Ah" -dice Ana.
La lleva a la cocina para lo cual hay que atravesar toda la enorme casa victoriana bastante descuidada.
"Por Dios -piensa Ana- se la reciclaría gratis".
"Olvidate -dice el Decano- no se la doy a nadie, es mi proyecto de retiro".
"Pero si yo..." -protesta Ana.
"Sé lo que piensan -replica él- bien, al grano; esa carpeta que te llevó Alvaro es una de tantas que tengo en un cuarto secreto detrás de la biblioteca, se comunica por pasajes con mi despacho y el de Alvaro. Son todas casonas antiguas que tienen historias trágicas con leyendas y maldiciones; una de esas leyendas es precisamente sobre ellas, sobre el cuarto secreto, sobre nosotros como grupo, un grupo de trabajo "especial" que irá creciendo con gente de este tiempo, pero también del pasado y del futuro. También habrá personas de otros países con habilidades únicas, que, sin saberlo aún, trabajan para vos y lo han hecho durante muchas generaciones, estudiando, preparándose, armando archivos y coleccionando objetos que necesitarás para...lo tuyo.
Los trabajos son siempre de arquitectura pero, en todos hay una tragedia oculta, un crimen que nunca se resolvió, una maldición o una leyenda. Este no era tu primer caso, Gold, pero hubo un robo en los archivos, alguien sustrajo algunas hojas y ya no es seguro... para vos, sabrás de que hablo cuando contactes a la primera víctima. Sé que has estado soñando y te daré un consejo al respecto: no trates de forzar las cosas, los sueños ocurren porque todavía no estás lista para ver todo despierta, luego desaparecerán. Gold, si quieres una definición de Destino, es ésta; el tuyo se empezó a escribir hace milenios y se terminó (no terminará), dentro de milenios.
Gold, no le digas a Alvaro que hablamos".
Ana se sienta en la chatarra murmurando:
"¡Y yo sigo sin saber cuál es la maldición!"
"¿Sabrás de qué hablo cuando contactes a la primera víctima?"
"¡Ah! ¡Tengo que soñar y esperar sin forzar las cosas?"
"¡No es lo mío!" -Está furiosa, asustada y... furiosa, y eso no es bueno para nadie.
Cuando llega a su casa encuentra al profe conversando con la abuela y sin saludarlo sube a su habitación dando un portazo.
Se concentra en el presupuesto sin escatimar en gastos, mejores materiales, mejores operarios, y después llama a Juan, tiene un vivero gigante y podría diseñar un verdadero parque en el terreno yermo entre la casa y el bosque; le da la dirección y baja a comer.
En silencio, sin mirar a nadie, enfurruñada, se sirve asado y sube otra vez.
Josefa pregunta por gestos, "no sé -contesta Alvaro- se habrá dado cuenta de que le oculto cosas, como lo de la maldición. Creo que ya no nos va a contar nada más.
Arriba, en su habitación, Ana se metía en la boca pedacitos de asado y rezongaba: "¿cómo voy a resolver las cosas sin información suficiente? Ni el profe, ni el dueño, ni el Decano; bueno, entonces se lo preguntaré a la calavera rubia, ¡ya van a ver!"
Se recuesta; en la penumbra de la habitación, tan fresca y silenciosa, Ana se adormece, apenas puede abrir los ojos pero aún así, en ese estado de letargo, siente que todo es tibio y dulce: el aire, el suelo, las hojas que caen...
Horas después semi despierta, extiende una mano para encender el velador pero lo que toca es algo peludo y que se mueve, y dos grandes ojos redondos la miran sin temor.
"OK" -dice Ana despacio, y se incorpora hasta quedar sentada en... un nido de hojas- "¡quiero despertar ahora!"
De pronto algo la sacude y ve la cara de la abuela que la mira asustada y preocupada: "¡estabas gritando!" -dice su laptop.
"Sí, abu sí, no es nada, me dormí enojada por algo que no puedo descifrar y tuve un sueño, no una pesadilla, un sueño sobre lo que me contaron el profe y el dueño del bosque, pero como no me dicen lo más importante... bueno".
La abuela escribe: "vos tampoco decís nada, Ana", y dando media vuelta se va a su habitación.
El resto de la noche todos lo pasan desvelados y todos piensan en el bosque, la maldición y la promesa incumplida; pero la única que no sabe de qué se trata es Ana.
De pronto la luz de su computadora se prende y aparece un 
Email, Ana salta de la cama y se sienta ante la mesita que usa de escritorio, es un mensaje de Anders y dice así: "srta. Gold, tengo información que le han ocultado y sé que le será útil. ¿Va al bosque mañana?"
"¡Ay por Dios claro, qué pregunta!"
"Bien -dice Enzo que se estaba riendo- tengo que hacer unas diligencias y me tomaré el resto del día, la veré allá como al mediodía, yo llevo el almuerzo".
Y diciendo ésto cortó y la dejó con la mano alzada y la boca abierta, "¡pe....pero...ah buen!"
Vaya a saber por qué esa comunicación hizo que Ana durmiera plácidamente y despertara descansada.
Cerca de las 11 de la mañana llega el jóven Anders, desde lejos ve la cara enfurruñada de Ana y se empieza a reir por lo bajo, entonces saca de la caja de la camioneta una mesa plegable, dos butacas y acomoda todo junto a un gran y viejo nogal que nadie se explica cómo es que vive aún, luego una heladerita con jugo de durazno ("me dijo la nona", explica ante la mirada inquisidora de Ana, "usted ya había salido así que chateamos un rato, encantadora mujer, ojalá fuera mi abuela", agrega mirándola un buen rato.
Ana está colorada y nerviosa y dice sin sentarse: "mire, yo vengo pasando mucho estrés así que..."
"Primero comeremos -dice Anders- el estrés se va comiendo, mastique despacio y va a ver que los pensamiento fluirán mientras lo hace, concéntrese en el problema, la solución vendrá sola".
Mientra habla, Enzo pone los platos, saca rodajas gruesas de matambre de pollo y papas hervidas en cuadritos con perejil de sendos envases y empieza a comer.
"Mmmm -dice- espectacular miss Gold, Ud. también, sure".
Ana se mete un bocado en la boca, está tan rico y tiene tanta hambre que no aguanta y se come todo el plato sin respirar. Cuando levanta la vista Enzo le está sirviendo un vasito de 
yogurt, "con mucho durazno"- dice muy sonriente y ahí, en ese momento, Ana se enamora.
El relato de Enzo es así:
"En alguna época entre los siglos 11 y 12, cuando este bosque todavía estaba en la vieja Europa, aunque no se sabe si ese es su lugar de origen, ocurrió una terrible catástrofe que se llevó la vida de casi todos los habitantes mágicos del bosque, pero lo peor fue que esa catástrofe fue provocada por unos nuevos seres llamados humanos los cuales nunca se arrepienten de nada y todo lo hacen por ambición. Se decidió destruir a todos estos seres pero Empatía lo impidió suplicando por ellos desde el fondo del lago transparente, allí cantó llorando hasta que su ruego fue escuchado y su deseo concedido. 

Entonces el bosque con los seres mágicos que quedaban fueron trasladados a otro sitio, y de los humanos solo una aldea fue perdonada y trasladada con ellos, pero tuvieron que hacer una promesa sagrada: nunca revelar el lugar del bosque y siempre protegerlo de  los otros humanos, o sobre ellos caería una maldición.
Bien, Ana, ya te habrás dado cuenta de que los Ferguson descienden de los humanos perdonados ¿verdad?"
"Sí -dice ella- pero ¿cuál es la maldición?"
Enzo la mira y dice: "eso, Ana, es lo que tenemos que 
romper, en esta familia hay algo que les impide vivir en el mismo país que la generación anterior: cada nueva rama aparece un día en otro lado, entre los 30 y los 50 años, cuando se casan y forman nido, de repente el bosque se va y los lleva con él, como
ahora que el hijo de los Ferguson se está por casar a los 37 años en dos meses, y ellos saben que el día después de la boda él desaparecerá y no volverán a verlo. Sí, Ana, los padres de Antony y Grace jamás los volvieron a ver".
"Entonces esa es la maldición -dice Ana pensativa- pero hay algo que no entiendo: ¿por qué el bosque permite que las personas entren?"
"¿Todavía no lo ves? -dice Enzo- es la magia, Ana; 
perdieron la magia".
"No pensarán que yo...-empieza a protestar Ana- no pueden esperar que yo... que yo... la restituya!"
"Bueno -dice Enzo mirándola suspicazmente- tienes el bosque al que puedes entrar y salir, aquí está el nogal, es decir, un nogal, y ayer hubo un momento mágico en que parecías de oro".
Enzo junta las cosas y las guarda en su camioneta. "Mira -dice- la boda será en 2 meses, ¿qué te parece si en ese tiempo te relajas y piensas? Tal vez no sea tan malo que el bosque se vaya".
Mucho rato después que Enzo se había ido Ana seguía sentada en la butaca con la misma expresión incrédula y cada tanto suspiraba.
"Esperar que el bosque se vaya..." -murmura Ana como en trance.
"Profe -dice Ana esa noche- si tiene archivos los necesito"
"Claro, Anita -dice el profe- hay archivos ¿qué estás buscando?"
"El itinerario del bosque -dice Ana- todos los lugares donde estuvo, nombres de los desaparecidos y de los Ferguson de cada generación".
"Ahí te mando -dice Alvaro- ¿querés que vaya?"
"No, gracias -dice Ana- pero sí podría decirme cuándo fue que incumplieron la famosa promesa, y si hay nombres, también".
"Bueno -dice el profe- eso ya lo tendría que buscar, creo que hasta tengo la fecha del primer viaje del bosque y la cantidad exacta de ellos".
"Profe ¿Ud. cree que ocurre en años especiales o en cualquier momento?"
"Mmm -dice el profe- qué línea interesante de investigación me has dado ¡ya me pongo con eso!" Y cortó.
Interminables días y noches de espera soportó Ana sin noticias del profe que, harto ya de la persecución telefónica de ella, una mañana le dice: "mirá, Anita, de los desaparecidos no se sabe nada entendés? es como si nadie se acordara de ellos y sus rostros y nombres se perdieron en ese bosque, debe ser la misma maldición que se encarga de... bueno, desaparecerlos en serio; conformate con lo que te di, ese archivo de los Ferguson está casi completo porque, como es obvio, faltan los primeros años ya que no relacionaban el "viaje" del bosque con la maldición, y como de la desaparición de los novios Ferguson recién se enteraban cuando no volvían de la luna de miel, pues, que solo se supone que el bosque se dirigía al lugar de la luna de miel, y allí se estacionaba hasta la nueva boda. Lo que me preguntás de archivos más familiares, como diarios de viajes hechos por los Ferguson 
no sé, ellos no dijeron nada, y sí, creo que nos ocultan algo más"."Las bodas siempre han sido bajo la luz de la luna llena, profe -dice Ana- en fechas 13 o 15, tengo 11 casamientos en 12 meses diferentes, pero el de ahora será justo en el mes que falta. ¿Se da cuenta, profe?"
"¡Dios mío -dice Alvaro- los idus!"

"Ellos nos ocultan más de una cosa -dice Ana- sino ¿por qué Ferguson me dijo que ésta era la última vez que hablaban del bosque?"
"Porque va a ser el último viaje..." -dice Alvaro.

Ana llama a Enzo para preguntarle si sabe algo de unos diarios de viajes, o álbumes de fotos, por ejemplo de bodas, y le pidió que revisara lo que pudiera sin levantar sospechas.
Enzo le contestó que ya lo estaba haciendo, pero que no era tan fácil ya que todos los papeles personales estaban en la vivienda de los Ferguson, y él solo tenía acceso a lo inherente a su trabajo.
"Además -agregó- lo "de eso" está bajo llave en un cuarto al final del corredor donde están las habitaciones".
Después la invitó a salir y habló de sus planes para quedarse en Argentina, y terminó preguntandole dónde podría conseguirse una casita acogedora, pero para entonces Ana ya se había dormido.
El cuarto al final del corredor que mencionó Enzo tenía una puerta distinta, parecía de otra época, tenía remaches, tiradores en lugar de picaportes y era doble; estaba en medio de una gran pared de ladrillos con piedras incrustadas, lo que le daba un aspecto hermoso, y era de todo el largo del corredor, mientras que en la pared de enfrente había tres entradas a sendos dormitorios cuyas paredes eran revocadas.
Ana mira las fotos que Enzo le llevó y dice: "tengo que entrar".
"Oh, sí, claro -dice Enzo- me despedirán pero no importa".
"¡Oye! -dice Ana- es en serio: debo ver lo que hay adentro".
"No sé dónde está la llave" -replica Enzo, y Ana le dice algo que lo hace preocupar: "no importa, vos llevame".
Esa noche Enzo, que habitualmente se queda a cenar con los Ferguson y que además tiene una habitación asignada en otra ala de la casa, decide quedarse para abrirle la puerta de servicio a Ana, que estará escondida; Enzo no sabe cómo hará que Ana suba porque el ascensor se oirá y por las escaleras es mucho, pero eso es porque todavía no conoce bien a Ana.
Tres horas más tarde llega el momento y va a buscarla, pero ella ya está arriba en el último descanso de la escalera.
Entran al departamento por la entrada de servicio y suben a la zona privada de la familia, llegan al corredor, entonces Enzo la toca y le hace señas de que no haga ruido, pero es él, quien, muy sorprendido, la suelta enseguida; es que al tocar el brazo de Ana vio que toda la pared del cuarto largo se hace transparente a medida que Ana pasa, y pueden ver el interior, lleno de mesas de diferentes épocas con agendas tapizadas en cuero o telas muy antiguas.
Una vez ante la puerta Ana toma con una mano a Enzo y con la otra empuja la puerta que se abre sin sonido alguno.
"Esta puerta chirría -dice Enzo- no la aceitan a propósito".
"Cállate -dice Ana- y lo besa en la boca".
Las mesas y los diarios eran muy distintos como la tinta con que fueron escritos, y también la cantidad y procedencia del polvo que los cubría.
"Ugg" -dice Enzo.
"Sí -dice Ana- parece que son muchos viajes, quien sabe cuándo comenzaron".
"Allá debe estar el primer registro; -dice Enzo- eh...esta habitación parece... moverse".
"La magia que mencionaste sigue aquí Enzo, seguramente crece en cada viaje para albergar el nuevo registro".
"No -dice Enzo- se mueve...ahora".
Ana, que estaba ojeando el primer diario, dice: "seguro  nos va a llevar al primer lugar, o sea, nos mostrará el sitio de cada viaje según el diario que miremos".
"Acá hay un mapa muy antiguo -dice Enzo- está hecho en cuero y no tiene divisiones, solo puntos; parece uno de esos viejos relevamientos terrestres, hecho por los primeros exploradores".
"Creo que tendremos que "viajar" a cada lugar para ver cuándo se rompió la promesa" -dice Ana.
"¿Por qué no dices que quieres ver todo y ya? -dice Enzo- es obvio que la maldición empezó antes del primer viaje, ya que comenzaron por eso ¿verdad?"

Ana le echa una mirada de:"me quiero enojar pero no puedo" y dice: "está bien, hagámoslo a tu manera pero solo porque no hay tiempo, y yo también pienso que tal vez deberíamos dejar que el bosque haga el viaje... conmigo adentro -y como Enzo la miraba con una mezcla de admiración y pánico, aclara- es que siento que todo ésto, los diarios, los mapas, este recinto, guardan no solo el misterio del bosque encantado Enzo, es como si fuera la historia de mi vida ¿entiendes? mi genealogía".
"Pero -dice Enzo- podríamos probar con uno o dos diarios, a ver dónde nos lleva y qué fue de los Ferguson de esa época".
"Bueno -dice Ana- me gustaría ver el último, el viaje de Antony, y luego el primero, creo que ese viaje nos llevará a la aldea india, el ritual parecía de preparación de un cuerpo para que el alma pueda volver a nacer, pero nacer inmediatamente".
"¡Exelente! -dice Enzo- me gustaría ver eso, ¿y de quien era el cuerpo, Ana?"
"Mío -dice ella- yo era la muerta".
"¿Y te viste nacer de nuevo?"
"No -dice Ana- me asusto y me despierto en otro lado".
"¿Cómo en otro lado? Cuando soñás ¿te vas físicamente de tu casa?"
"Sí, Enzo, vuelvo sucia, con tierra y pasto en el cabello y en la ropa".
"Entonces es peligroso que hagas esos viajes de los diarios, y más aún estar en el bosque cuando se vaya después de la boda".
·Sí -dice ella- pero tengo que hacerlo".
Enzo la abraza y dice: "prométeme que no irás sola, Ana".
"Te lo prometo, Enzo".
"Deciden hablar con Josefa, el profe y los Ferguson, les dicen todo
lo que harán con los diarios de la habitación que crece, y el viaje del bosque después de la boda; la abuela Jóse, que tiene los ojos llenos de lágrimas mira a su nieta como si jamás la volvería a ver, el profe, con los labios apretados toma una mano de Jóse; Grace Ferguson, sentada muy derecha, mira a Ana y asiente en silencio, y es Antony quien, con el rostro lleno de asombro y preocupación, pregunta: "¿cuál habitación que crece? ¿de qué hablan ustedes?"
Sr. Férguson -dice Alvaro- en esta casa existe una biblioteca conteniendo mapas y diarios de los viajes del bosque encantado, en ella hay escritorios, miles de ellos, uno por cada viaje, por cada boda de cada primogénito, esta habitación es tan antigua como la maldición y desaparece junto con el bosque y los recién casados, pero ellos no sabrán que está allí, a la espera no de que la maldición sea rota (porque no hubo tal maldición), sino de que la magia sea restaurada, ya que su pérdida fue la consecuencia de la negligencia en el cuidado del secreto y preservación del bosque mágico y sus habitantes.
Su familia, bueno, los primeros de su linaje, provocaron que el bosque fuera contaminado con presencia humana, eso hizo que la vida en él fuera cambiada radicalmente, los animales ya no pueden hablar y existen muchos seres puros que jamás podremos ver, el daño, en nuestra parte del mundo, es irreparable.
Pero ese bosque todavía existe y la magia está ahí, solo que está, digamos, apagada, en pausa, cuando sea restaurada, todo dentro de él volverá a la vida tal como era, para que eso ocurra Ana debe entrar al bosque (donde ya ha estado) y evitar que sus antepasados cometan el error que cometieron. Comprende?
Férguson lo mira serio y pregunta de nuevo:
"qué habitación?" 
Después que Ana y Enzo llevaron a los Férguson a la biblioteca invisible y les mostraron los gigantescos archivos, volvieron al salón a planear la boda, y dónde debía estar cada uno cuando los novios se fueran a su luna de miel, que era el momento del bosque de desaparecer.
La Sra. Férguson quería que Ana la metiera en la biblioteca para estar con su hijo, pero Ana le dijo que lo más probable era que no pudiera salir y no sería encontrada jamás, "y yo no sé si estaré al tanto de lo que pase fuera del bosque" -dijo Ana.
Ana quizo sacar el diario más reciente pero no pudo atravesar la puerta con él, así que regresó sola para leerlo y también al primero.
Descubrió que si no los tomaba en sus manos no se trasladaba a la época del diario, así que los leía sin levantarlos de la mesa.
Quedaban 3 semanas hasta la boda, los Férguson seguían con los preparativos de la fiesta y Alvaro, Ana y Josefa organizaban "lo otro". Enzo servía de nexo y se acostumbró a chatear con la abuela diariamente, ella lo invitaba a cenar "y él le presta más atención que a mí! Se da cuenta profe?"
"Ajá" -decía el profe medio dormido.
Finalmente hubo una última reunión en el salón de los Férguson
para repasar todo y asegurarse (el profe), de que todos y cada uno sabían bien dónde debían estar en cada momento hasta la partida de los novios.
Había un problema, claro, y es que el novio no sabía nada del asunto y no por descuido, sí se les explicaba a los hijos lo que pasaría pero ellos luego lo olvidaban y era inutil explicarselo de nuevo, así que decidieron poner en la ropa y equipaje del novio algunos rastreadores además de vigilancia personal sobre la pareja.
Ésto tranquilizó un poco a los padres del muchacho pero no a josefa y Alvaro, ya que Ana estaría dentro del bosque desde la noche anterior, sin Enzo que no pudo entrar, y sin rastreadores que quedaban afuera.
Y finalmente el gran día llegó, el estado de los Férguson no se puede describir, miraban a su hijo con tanto miedo que éste terminó por notarlo, sin contar con Enzo que lo seguía como perrito. Josefa estaba en su cocina pegada a dos laptop, una con las señales de los rastreadores y otra para hablar con Alvaro, quien se encontraba en su coche en el límite del bosque; también tenía comunicación con Enzo por medio de un celular pero solo lo usarían para hablar si era urgente.
Inutil fue tratar de que los novios cambiaran la hora del casamiento, y ni hablar de la fecha, así que todo quedó organizado
 como en las bodas anteriores, era el atardecer del día  13 de Marzo del año 2017, a la luz de la luna...
Mientras tanto Ana, encerrada en la habitación que crece, lee el primer diario que consiste en una piedra chata, tallada burdamente, cuyos signos habían sido rellenados con materia colorante roja, que se conserva intacta.
Lo que lee la deja muy conmovida al comprender que sus sospechas se confirman: ella causó la maldición.
Se sienta un rato tratando de recordar lo sucedido pero todo ocurrió en otra vida en un tiempo muy antiguo y al cabo de unos minutos sale y se dirige a su casa, allí encuentra a la abuela pálida y llorosa pero firme y lista.
Ana sube a su habitación, se cambia y luego sale.
En la casa de campo las luces de la fiesta se ven desde donde Alvaro se instaló con el coche, junto al bosque en el que Ana está a punto de entrar.
En eso los árboles comienzan a moverse, suena el móvil de Alvaro y llama Josefa.
Alvaro dice: "el momento ha llegado".
Ana se baja del auto y camina hacia el bosque, en el móvil Enzo dice: "ya se fueron", y en la laptop de Jopsefa los rastreadores de los novios han desaparecido.
Las lúces de la boda siguen alumbrando, los Férguson se escabullen y corren hacia el bosque, los sigue Enzo y los tres se sientan en el auto de Alvaro con los ojos fijos en los árboles que lentamente dejan de moverse; cuando ya se han aquietado por completo desaparecen.
Alvaro enfila el auto hacia la mansión.
Mientras tanto Ana y el bosque llegan a la aldea donde todo comenzó, es un lugar hermoso, las chozas están a la orilla de un río y hay una ladera de montaña completamente árida sobre la que se asienta el bosque, completando el paisaje.
Ana sale del bosque y camina hacia la aldea, a medida que se acerca comienza a oir el bullicio y pronto comprende que no la ven ni oyen, entonces se busca a sí misma con total libertad.
Camina por la aldea y se ve, más jóven, escapando hacia los árboles, una adolescente con el cabello dorado.
La sigue, la niña toma un sendero serpenteante que la lleva a un pequeño claro con vista al río, un lugar alto y escondido, ahí se dirige a los árboles del borde que son la entrada y aparta unas ramas por las que se ve hacia afuera, al mundo de los humanos.
"Está por salir -piensa Ana- es lo que está en el diario de piedra, ella (o sea, yo) se escapa para ver a alguien del mundo de afuera..."
Ana espera escondida, no sabe si abordarla ahora o esperar a ver qué hace, pero en ese momento aparece por entre las ramas la cara de un adolescente, hablan un instante, se dan un beso y luego la niña regresa a la aldea, y ahí Ana le sale al cruce.
Con la cara llena de asombro la niña se para en seco al ver a esa jóven igual a ella que la espera sonriente.
"No temas -le dice Ana- solo quiero hablar".
Durante un rato mágico, las dos versiones de Ana caminaron juntas hacia la ribera del río, a medida que avanzaba, otras personas se les unían y cuando llegaron a la orilla del agua y se sentaron junto a un nogal jóven aún, todos los habitantes de la aldea estaban rodeándolas, el río se detuvo y Ana comenzó a hablar, y mientras ella lo hacía pasaron ante los ojos de todos ellos las cosas que habían pasado (que pasarían) por haber roto la promesa de mantener en secreto la existencia del bosque mágico. Ana les fue mostrando, con el relato, su creación, su muerte, y todas las terribles consecuencias sufridas, cada cosa que Ana decía ellos la veían y querían saber más, querían oir relatos del futuro de.....ella, cómo era vivir en el mundo de afuera y si tenía mucho trabajo con la maldad de la gente. Ana les dijo lo menos posible sobre ese asunto, prefirió contar sobre ella misma y las personas que amaba, les dijo de Alvaro y la enorme importancia que tenía él en su vida, todo lo que hacía por ella y cuál era su misión; después mencionó a la abuela Josefa, su sostén y la persona más importante en la vida de Ana, el ser protector por excelencia, siempre dispuesta a ayudar y dar su corazón en lo que hace, "la Abu, como muchos de los que ahora están afuera del bosque, tampoco puede hablar, o tal vez no quiere" -dice Ana.
Después, mirando a la niña que fue, habla sobre el destino, con las manos en las manos las dos Anas se miran, la mayor habla, la menor escucha, los demás habitantes no pueden oir y poco a poco, lentamente, vuelven a su forma original.
El bosque revive en su explendor del principio, el nogal crece y se eleva verde y fuerte, aparecen las hadas, los ángeles y los duendes, los animales hablan y la primavera se hace sentir, es 1º de Septiembre, cumpleaños de Ana.
"Tu amor verdadero llegará -dice Ana- soy la prueba viviente de que lo lograste. Adios".
Cuando Ana termina de hablar se halla de nuevo en el presente, por supuesto el bosque ya no está y la fiesta de casamiento se ve arriba en la colina, la casona brilla de luces y Ana se detiene aprensiva, de pronto aparece Enzo que la mira como estudiándola y pregunta "todo bien?" Ana: "si...sí, claro, acá?"  
"También -dice Enzo-cambió todo y así supimos que había resultado perfecto".
"Cuenta Enzo - escribe Jóse ( porque yo estaba en casa con las laptop)- que en medio del caos producido por la desaparición de los novios y la angustia de los Férguson, se produjo una pausa en el tiempo, el enorme reloj de pie estaba dando campanadas que sonaban cada vez más fuertes causando un eco ensordecedor, pero antes de dar la última de las 12 se detuvo y entonces todo cambió.
las paredes de la enorme escalinata se llenaron de fotografías de los antiguos Férguson con sus esposas, el salón era más claro y ya no tenía cortinados gruesos, todo se veía más alegre y la familia estaba feliz, los novios ya se iban a su luna de miel y los invitados comenzaron a retirarse. Ana solo quería ir al centro, al departamento a ver si la habitación que crece estaba ahí pero Enzo le dice: "nunca tuvieron un lugar en la ciudad Ana, siempre vivieron aquí".
"Ahhh -dice Ana- todos los diarios se perdieron..."
"Bueno -dice Enzo- creo que siempre tendrás lo que necesitas, ven, vámonos, la abuela nos espera", 
Ana lo mira con el seño un poco fruncido pero él se ríe de ella".
                                                              ABU   

                                                          
PD:
Cuando llegan a la casa, encuentran a la Abu parada en medio de la salita mirando ese enorme reloj de pie que "apareció de repente -escribe la abuela- yo iba para la cocina y justo cuando paso por acá sonó una campanada que casi me muero, ustedes saben algo?"
En eso llega Alvaro y los cuatro se sientan en los sillones a conversar, por la ventana abierta entra el perfume de los jazmines enroscados en la reja, la Abu escribe algo que hace reir a Alvaro y Enzo mira a Ana, con la luz de la luna detrás, a ella le parece que ve la cara del jóvencito asomado entre los árboles del bosque encantado, se recuesta en el sofá, se tapa con la manta tejida y se adormece con las voces de las personas que más quiere en el mundo, entre sueños le parece estar en ese lugar mágico rodeada de los seres que la vieron nacer, entreabre los ojos y ve a su abuela, al profe Alvaro y Enzo y se deja llevar por la sensación de inmensa paz que la invade, convencida de que siempre los tendrá en este mundo y en el otro.

-F I N-




sábado, 5 de marzo de 2016

LAS REBECAS, IRISH WITCHES - BRUJAS IRLANDESAS





The Rebecas are two Irish witches, grandmother
and granddaughter, curly red hair and eyes
green, they are very happy and have a great
work capacity, they are always
willing to travel. They enter the life of Ana by the strange
unsolved case of another Irish, who arrived in the country and then
she disappeared. Almost 70 years later, it falls into the
Ana hands when she learns that the
old woman who greets every day, really
it is dead.


Las Rebecas son dos brujas irlandesas, abuela
y nieta, de pelo rojo ensortijado y ojos
verdes, son muy alegres y tienen una gran 
capacidad de trabajo, siempre están
dispuestas a viajar.
Entran a la vida de Ana por el extraño
caso de otra irlandesa que llegó al país y luego
desapareció. Casi 70 años después, cae en las
manos de Ana cuando ésta se entera que la
anciana que la saluda cada día, en realidad
está muerta.

CLAUDE LAVIGNE, THE WATCHMAKER - EL RELOJERO





Claude is an inventor of magic items
who has made all things for Ana in
their lives, is timeless and knows everything.
They tell the watchmaker becouse of their watches,
it can stop, slow down or speed up
time.
It also has other things going giving
Ana as is becoming
strong and learn to use their abilities.
It looks like a troll and has a character something
lackadaisical, it appears and disappears in the form
surprising and never fully explain anything
to the despair of Ana.
No one knows for sure who he is but he
suggests, ever, coming from a
future very, very distant in the Earth
It is no longer habitable.


Claude es un inventor de objetos mágicos
que ha fabricado cosas para Ana en todas
sus vidas, es atemporal y lo sabe todo.
Le dicen el relojero por sus relojes que
pueden detener, retardar o acelerar el
tiempo.
También posee otras cosas que le va dando
a Ana a medida que se va haciendo 
fuerte y aprende a usar sus capacidades.
Parece un duende y tiene un carácter algo
displicente, aparece y desaparece en forma
sorpresiva y nunca termina de explicar nada
para desesperación de Ana.
Nadie sabe a ciencia cierta quién es pero él
deja entrever, alguna vez, que viene de un
futuro muy, muy lejano en el que la Tierra
ya no es habitable.

CARSON Y EMILY, PEOPLE OF ANOTHER LIFE - GENTE DE OTRA VIDA






Carson is an English protagonist of a
case went wrong in another life of Ana.
In other country.
He and his wife Emily die looking
a cure that does not exist in his time, but
as they are linked to the fate of Ana, falls
in her hands, the cabin in the woods, and they are for the environment
Anna is completing go.
Carson becomes the best friend of
Federico.


Carson es un inglés protagonista de un
caso que salió mal en otra vida de Ana.
En otro país.
Él y su esposa Emily mueren buscando
una cura que no existe en su época, pero
como están ligados al destino de Ana, cae
en manos de ésta la cabaña del bosque, y
así se encuentran para que el entorno
se Ana se vaya completando.
Carson se convierte en el mejor amigo
de Federico.

JUAN, FRIEND OF ANA - AMIGO DE ANA





John is a friend of Ana, from the Faculty.
They met because John designed parks
and gardens and owns a plant nursery
gigantic, where also something happens
strange. Ana presents him with Laura,
they fall in love and marry.
Both Laura and John are character
jovial, workers and peers.
Laura moves to nursery`s Juan.


Juan es amigo de Ana desde la Facultad.
Se conocieron porque Juan diseña parques
y jardines y es dueño de un vivero
gigantezco, donde también ocurre algo
extraño. Ana se lo presenta a Laura y ellos
se enamoran y se casan.
Tanto Laura como Juan son de carácter
jovial, trabajadores y compañeros.
Laura se muda al vivero de Juan.

LAURA, FRIEND OF ANA - AMIGA DE ANA


Laura is the young neighbor and childhood's
friend of Ana, they have grown
together, she has two older sister and lives
in a huge mansion five floors whichi
will host one case more dramatic.
She is furniture restorer and
sometimes finds them hidden drawers
whit family secrets and letter of
forbidden love.
Ana and Laura and love each other
like sisters and do almost
everything together.





Laura es la vecinita y amiga de la infancia
de Ana, han crecido juntas, tiene dos
hermanas mayores y vive en una enorme
mansión de cinco pisos que será escenario
de uno de los casos más dramáticos.
Es restauradora de muebles y a veces
encuentra en ellos cajones ocultos con 
secretos de familia y cartas de amores
prohibidos. Ana y Laura se quieren como si
fueran hermanas y hacen casi todo
juntas.

ENZO ANDERS, HUSBAND OF ANA - ESPOSO DE ANA








Anders Enzo and Ana are known for her
first odd case, he is the secretary
It receives it and who presents with
owners of the property that must be recycled
and "cure".
He is sweet-natured and very pleasant
his company, grandmother falls in love with Enzo
instantly and gives a privileged place
for his books. He adores Ana and always has
been her husband, her ground wire.


Enzo Anders y Ana se conocen durante su
primer caso extraño, es el secretario que
la recibe y quien la presenta con los
propietarios de la finca que debe reciclar
y "curar".
Es de carácter dulce y muy agradable
su compañía, la abuela se enamora de Enzo
instantáneamente y le da un lugar de privilegio
para sus libros. Adora a Ana y siempre ha
sido su esposo, su cable a tierra.